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Planet Terror (y no es la peli)

agosto 19, 2007

Estoy a punto de terminar la carrera en septiembre, si es que todo sale bien, que eso espero… y como tantas otras veces, me sorprendo a mi misma, sorprendida por la nueva situación. Descubrir los yogures de sabores, ver la primera escena de sexo o cumplir los 18 pueden parecer grandes cambios en una vida, pero en realidad, no lo son. Todos pertenecen a la primera etapa de nuestro camino. La vida hasta los 18 es una tremenda piruleta. A veces agria y a veces dulce, pero una piruleta al fin y al cabo. Los estudios post-instituto sólo alargan la pequeña burbuja que nos protege del mundo real como estudiantes que aún se están preparando.

Nosotros los jóvenes, tenemos una gran y errónea tendencia a asociar el ponerse a trabajar a los 16, o después de un módulo… con el fracaso. ¡Ja! Conocía sus ventajas en el terreno práctico, pero empiezo a darme cuenta de la ventaja que nos llevan como personas. Esos chicos y chicas llevan ya años sudando en talleres, soldando barcos y aguantando a borrachos en bares. Nos llevan años de ventaja luchando ahí fuera contra la vida real, la que da verdaderas preocupaciones, la que ya no da tiempo para tener hobbies, la que produce mobbing, depresiones y lesiones. Y nosotros somos unos pobres niños vestidos de marineritos con algodón de azúcar en mano que pasan de estar en un parque de atracciones, a uno sombrío, desconocido y lleno de terror. A nosotros nos van a comer vivos, ellos/as ya están más que curtidos.

Nos vamos a enfrentar al mayor cambio de nuestra vida, y con lo temeroso que es el ser humano, resulta irónico que no lo pensemos hasta que no queda más remedio, hasta que la burbuja explota en nuestra cara. Somos carne de cañón, pero aún no lo sabemos, o no lo queremos saber. Somos nosotros, sí, la generación drogadicta por excelencia, la que currará a destajo a cambio de un uno y tres ceros, la que tendrá que emparejarse si pretende independizarse, la que se pensará más que nadie el momento de tener hijos y por ende, los padres más viejos. La que pagará la hipoteca con un sueldo e intentará subsistir con el otro, la que no podrá ahorrar para su futuro, se meterá en más créditos para pagar estudios a los pequeños y a los 65 años se encontrará con una hipoteca por pagar, varios créditos por liquidar, y ninguna pensión esperando, porque en la seguridad social no quedará. ¿Casita en la playa? No sé cómo, la verdad… terminaremos como los japoneses… currando 14 horas al día en tres empleos diferentes. Y después de todo esto, llegas a casa, ¿y quién tiene ganas de f0llar? Separaciones por un tubo.

¿Bonito? Relajemos el tono.

El mundo real siempre ha sido duro, éste no es más duro que el de los homo erectus en las sabanas africanas ni que el de la plebe en las pútridas calles de Londres. Ahora vivimos más de 80 años sin mucho esfuerzo, somos sanos en general, incluso nuestros vicios no nos matan antes de los 30 años estimados hace tan sólo siglo y medio. Tenemos buenas casas, coches, calefacción, educación, sanidad… y si no nos gustan nuestras raíces, siempre podemos coger el avión y empezar una nueva vida en otro lugar. Hace no mucho, el cateto moría cateto, y el rico moría rico, o arruinado, pero en su casa. Hoy en día, sea cuál sea el origen, el destino final sólo depende de la voluntad de cada uno. El problema es que jamás hemos tenido que luchar por nada porque todo nos lo han dado, y por eso somos conformistas y sólo sabemos quejarnos.

Lo tenemos mucho mejor que nuestros antepasados, lo tenemos todo a nuestro alcance. Cualquier cosa que deseemos seguro que sólo exige una cosa… esfuerzo. Y si eso no funciona y hemos de conformarnos… nos vendrían bien unas clases de «Cómo ser felices». Primera entrega: «Reconocer cuánto tenemos», y segunda: «Cómo dar menos importancia al dinero». Además, no es para tanto… con dos sueldos se puede vivir bien. Se puede ahorrar, se pueden tener caprichos, se pueden tener graaandes caprichos de vez en cuando. Ahora bien, para tener niños ya no estoy tan segura, pero eso es otro tema. La cuestión es que no es más duro que salir adelante hace sesenta años. Las casas eran más baratas, pero se pasaba hambre, faltaban ropas, y medicinas, e higiene. ¿Quién de nosotros -por mucho que nos quejemos o nos vayamos a quejar- no tendrá su coche, su nevera llena y su ropa de marca? Y encima, ¿a alguien esperándonos en casa? Vamos hombre, por favor. Somos unos privilegiados. Trabajamos para vivir, toda la vida ha sido así, no vamos a venir ahora de pijos, no vamos a cambiar las reglas, el canjeo es necesario desde tiempos inmemoriales. ¿Que desaparecen 3/4 de los ingresos nada más cobrar? Pues ahorraremos más despacio, o haremos algo por cambiarlo, pero nadie puede quejarse por quejarse. Todo los problemas que he puesto al principio del artículo, tienen un factor común, que por cierto no he buscado a propósito: el dinero. Esto simplifica mucho el problema.

Si alguien se queja de ser infeliz por esta cuestión… ¿Acaso no está buscando la felicidad en el sitio equivocado?

16 comentarios

  1. Enteramente cierto. Yo a mis 18, aunque tengo todas las comodidades granjeadas por mis viejos, estoy intentando salir del capullo por mi cuenta antes de tener que hacerlo por la fuerza…
    El año que viene me podria ir a vivir solo, y eso, quiero estar mas o menos preparado.

    Sin embargo, por como escribimos te noto algo pesimista. Sé que no es fácil, pero no es todo tan malo. Y hay demasiadas cosas que agradecer.


  2. Yo lo tuve más «fácil», porque me puse a currar casi sin darme cuenta, aunque eso si, en 2 curros a la vez, y mientras «estudiaba».

    Por aquel entonces no me preocupaba demasiado el ahorrar (a pesar de que lo hacía), ya que sabía que no iba a tener grandes gastos viviendo en casa de los aitas, y los que tuviese serían para caprichos (fácilmente descartables si no pudiese afrontarlos).

    El año pasado fue cuando realmente empecé con el «miedo» a tener que ahorrar, no tener tiempo para los hobbies, y demás tareas de adulto.

    Al final, te das cuenta que no todo es tan malo como parece, y que de serlo, siempre hay muuuuuuchas cosas de las que podemos prescindir (ahora viviendo en Madrid es cuando más me he dado cuenta). Al final, como la llegada del curso tras el verano, te acabas acostumbrado a lo que te echen, teniendo días malos y días buenos.

    Suerte con los exámenes, y ánimo!


  3. Pufff… Qué decir, que todo verdad, que todo mentira, y viceversa ^^U

    Sin duda todo es mucho más sencillo que el mundo de antes, pero nuestro aguante del «dolor» viene dado por lo que hemos pasado, con lo que si no hemos pasado situaciones muy duras, un problema no demasiado grave puede hacer que nos ahoguemos en un vaso de agua.

    Romper la burbuja e ir al mundo real es… es… curioso. Todo depende de cómo ha sido tu vida anteriormente y cómo seas. Personalmente no fue muy duro, pero supongo que fue porque llevaba ya muchos años viviendo sólo y administrando lo que tenía, pero bueno, realmente es el primer paso que damos a un mundo diferente y del que no saldremos hasta que nos jubilemos (si es que llegamos, claro xD)

    Como apunte final… lo que siempre intento pensar cuando estoy en uno de esos problemas que parecen imposibles (relacionados con el mundo laboral, por ejemplo), es algo como «bien, ¿mañana seguiré vivo? Sí, pues entonces no te preocupes, ya conseguirás algo de alguna manera» Y la otra, que ya tiene que ver con otras personas, es «Bueno, este (jefe, compañero, lo que sea) no es ni más ni menos que yo… Solo es otra persona, ¿qué puede hacer para hacerme tanto daño que destroce mi vida?» Y ale, a estar más tranquilos 😛

    Y menuda parrafada que he soltado O_O Lo siento!!! ^^U


  4. No creo que sea tan duro el hecho en sí de empezar a cotizar.

    Creo que hay 2 motivos fundamentales por los que el 80 por ciento de la población estudiante esta(mos) jodidos.

    El primero de ellos, es creer que seguimos en la universidad. Yo tengo una filosofía bastante directa, y la explico: Si tienes un curro, que va a durar X tiempo ( ya parto de la premisa de que NO va a ser indefinido «jamás», entonces te jodes y cumples el contrato, a no ser de que ese trabajo te esté hundiendo moralmente o inhabilitando físicamente. Tenemos la fea costumbre de pensar que podemos tirar la toalla con todo. De hecho tenemos demasiada facilidad para ello. Y eso no puede ser. Trabajo hay para la gran mayoría, incluso para los que dicen que no hay trabajo. El problema es que somos unos pijos de mierda.

    El segundo motivo, es que estamos acostumbrados a algo que pensamos que es nuestro, pero no lo es: el nivel de vida de nuestros padres.

    Quien más quien menos, se va de vacaciones todos los años. Al menos mientras se es pequeño. O tiene una casa fuera. ¿Que esta ocurriendo con la gente joven que se independiza? Quieren mantener ese nivel. Pero hay que entender, que irse una semana a mallorca puede que suponga andar MUY apurados el resto del año. Pero da igual. Viva la vida. Y aquí, entra en juego el negocio de este siglo: los créditos sin necesidad de aval con un interes del 25%. Para la gente que a toda costa quiere hacer lo que quiere cuando quiere, aunque despues se vuelva en tu contra.

    De lo de tener 3 curros como en japón, ni hablo. La sociedad nipona tiene unos valores completamente diferentes. No tiene nada que ver. Ellos sí se romperían el lomo currando 10000 horas. De hecho sus hipotecas son a 100 años. Pero, ¿ aqui ? Ni de palo, aqui es preferible morir de hambre.

    Un saludo.


  5. «Hoy en día, sea cuál sea el origen, el destino final sólo depende de la voluntad de cada uno.»

    Buf… buf… No, definitivamente no.

    😛


  6. Me jode pero estoy con etox 😛


  7. sí, cada uno se cae muerto donde puede, no donde quiere.

    si ahora andamos jodidos en la universidad, espérate a salir de ella.

    dos semanas para la fiesta :S


  8. Como dicen por ahí arriba, una de las peores cargas que llevamos encima es la costumbre de tener un nivel de vida acorde con las posibilidades de nuestros padres y que nos será imposible mantener cuando dejemos el nido.

    Si bien es cierto que las condiciones para independizarse actualmente son bastante estrictas, nosotros no ayudamos a reducirlas con ciertos comportamientos. Estoy hablando de gente que se deja sus primeros sueldos en comprarse un coche y los siguientes en tunearlo. O de la gente que se deja dinerales un sábado en alcohol&drogas. Aquellos cuyo hobby es ir de compras sin necesidad. Y esos que pagan cifras estratosféricas mensuales de móvil. Y cuando vemos que no queda otra que apretarse el cinturón y cambiar ciertas costumbres, entonces vienen las lamentaciones. Cuando tengamos que pagar la hipoteca, la luz y el agua, cuando el hecho de poner una línea telefónica en casa nos haga apretar los dientes, entonces empezaremos a saber lo que vale un peine.

    El asunto está complicado, pero como todo, varía mucho dependiendo de los medios que uno esté dispuesto a poner. Y hasta que llegue el momento de echar el vuelo es preferible anteponer la austeridad al despilfarro e irse haciendo a la idea de un concepto que cada día está más enterrado en la juventud: sacrificio.


  9. Mi padre a los ocho años salía de la escuela y se iba a trabajar al campo. Unas veces le tocaba segar, y otras veces le tocaba llevar a las vacas. La vida entonces era así, era una vida dura en la que los chavales sabían lo que era ganarse el pan. Sin embargo estoy seguro de que la gente, a pesar de la ruda existencia que llevaba, era mas feliz que ahora.Sin embargo ahora nunca estamos satisfechos del todo, parece que siempre nos falta algo.

    La burbuja en la que hemos vibido buena parte de nuestras vidas, nos ha permitido crecer sin preocupaciones, o como dice mi abuela “a mesa puesta”. Esa falta de preocupaciones junto con el acceso libre a la cultura (Televisión, Internet, libros, etc.…) nos ha permitido quizá desarrollar más nuestra identidad, tener inquietudes, aficiones, ideas propias, pero a la vez nos hemos creado unas necesidades que nuestros padres no tenian: necesidades culturales, intelectuales, y materiales que son muy difíciles de satisfacer cuando tienes que compatibilizarlas con trabajar 8 ó 10 horas al dia y con un sueldo de 1000 euros.

    Lo difícil de dar el salto al mundo laboral, es compatibilizar nuestras aficiones, nuestras ideas y todo lo que nos define como personas con las necesidades económicas, la falta de tiempo libre, etc.… Es difícil enfrentarse a la vida real, porque muchas veces eso implica romper con aficiones, no tener tanto tiempo para compartir con los amigos, y en resumen renunciar a parte de las cosas que nos gusta hacer. Puede que el secreto esté en encajar nuestra propia identidad con las nueva situación sin perdernos por el camino.

    Como tú dices, ahora tenemos mas posibilidades que nunca. Y eso es un factor a favor, por que nuestro destino depende de nosotros en mayor medida. Pero también es un factor en contra (o mejor dicho, es un factor que podemos volver en nuestra contra) ya que ser conscientes de ese control sobre nuestro destino, puede desembocar en frustración cuando vemos que nuestra vida no es como a nosotros nos gustaría. Pero la cuestión también es…. ¿Cómo es la vida que nos gustaría?

    Yo creo que el problema de vivir en la burbujita es que tenemos muy idealizada la vida, y luego nada es como pensábamos. Parece que para ser feliz tienes que tener casa propia, coche, pareja, tienes que viajar mucho, tienes que ser culto, ver películas independientes, tener un trabajo con mucho sueldo y responsabilidad….. Y todo no puede ser. Hay que rebajar un poco las pretensiones, y las necesidades, porque es imposible satisfacerlo todo. Así estamos condenados a ser infelices de por vida, a no ser que pongamos los pies en el suelo y nos demos cuenta de que todo no puede ser.

    Como dijo algún genio, hay que tener una ambición grande, unas expectativas medianas y unas necesidades pequeñas.

    Por último, también hay que tener en cuenta que por mucho que la sociedad empuje en una dirección, hay estilos de vida alternativos que también pueden ser validos. Puedes alquilar en vez de comprar, o quizá prefieras vivir con tus padres de momento, y gastarte el dinero en viajar o en otras historias en lugar de en una hipoteca… Hay demasiada presión social en plan “a cierta edad tienes que irte de casa, meterte en una hipoteca a 40 o 50 años y tener un trabajo estable… y luego tener hijos…” Y no me parece una mala opción, siempre que la elijas porque quieres, no porque te veas presionado.

    Bueno, concentrate en aprobar, y ya veras como lo demás va llegando solo poco a poco. Al final la preocupación nos jode la vida. Intenta disfrutar del verano todo lo que puedas. Los cambios dan miedo, pero al final llegan, y resulta que ves como te enfrentas a ellos, con buena fortuna o con mala, pero solo el ver que te enfrentas a la situación te va dando confianza. Animo Lady, tú puedes 😉


  10. «Por último, también hay que tener en cuenta que por mucho que la sociedad empuje en una dirección, hay estilos de vida alternativos que también pueden ser validos. Puedes alquilar en vez de comprar, o quizá prefieras vivir con tus padres de momento, y gastarte el dinero en viajar o en otras historias en lugar de en una hipoteca… Hay demasiada presión social en plan “a cierta edad tienes que irte de casa, meterte en una hipoteca a 40 o 50 años y tener un trabajo estable… y luego tener hijos…” Y no me parece una mala opción, siempre que la elijas porque quieres, no porque te veas presionado.»

    Totalmente de acuerdo, Amén. Simplemente muchisima gente le importa el que dirán y no piensa por si misma …

    Animo Lady, seguro que vendrán tiempos interesantes 😉


  11. Me alegra ver a los estudiantes con las ideas claras, y a los trabajadores, más positivos de lo que esperaba =)

    @ nitro: sabía que no me fallarías con este tema =P

    @ alatar: Lo de compararnos con el nivel de vida de nuestros padres me ha matado. No lo había mirado así, pero está claro que todo es fruto de una comparación que no tiene ni pies ni cabeza, pues ni de coña nos podemos comparar con ellos ahora, ¿dónde está el parecido?

    @ iscariot: Has tocado un tema muy interesante… antes el hijo de campesinos, sería campesino. No tenía preocupaciones y frustraciones, lo aceptaba desde muy pequeño, y sus sueños los dedicaba a otro tipo de cosas. Como siempre, la Libertad es un arma de doble filo.

    @ todos: Mil gracias, me han resultado francamente interesantes vuestros puntos de vista =) Y no estoy desanimada =) De hecho, ahora estoy mucho más positiva que hace unos meses. Algo de independencia económica, vistas al futuro, curiosidad, fuerzas… le veo muchas cosas buenas al giro… pero como he puesto en el about… seguiré haciendo lo de escribir en el momento en el que estoy cabreada, porque al final en un debate siempre se parte de las posturas radicales. Invita a la conversación =)

    Un besazo ^_^


  12. El dinero es lo de menos. Trabajar por dinero es una necesidad en esta souciedad que nos han marcado..

    Trabajar, y DISFRUTAR de tu trabajo……. eso no tiene precio.

    Y precisamente….


  13. Hola

    Es la primera vez que veía este blog y la verdad es que me ha encantado esta entrada. Tendré que hecharle un vistazo al resto ;D

    No sé si con este comment aporto algo a lo dicho, pero desde la perspectiva de este chaval de 18 que estudia y trabaja somos una generación adormecida.

    Quiero decir que, a diferencia de las de tiempo ha, la de ahora alarga el despertar en la vida real hasta edades más avanzadas. Colabora el planteamiento de la sociedad, el coste de la vida(¿pero en qué época la vida ha sido sencilla?) y la tendencia humana al acomodamiento, al aguantar hasta que se alcance lo inaguantable. Nosotros mismos nos hacemos los ciegos ante los problemas, las responsabilidades y preocupaciones del mundo real. Mientras podemos nos agarramos a esta especie de post-infancia hasta que debemos enfrentarnos al lado menos agradable de la vida. Pero hay que ir más allá del trabajo o los ingresos. La felicidad no se encuentra en el modelo de coche o la casa que te has podido pagar; reside, en mi opinión, en el grado en que conseguimos colmar nuestro corazón.

    Un saludo


  14. ¿Bromeas? Pues menos mal que no aportabas nada, Senofrari =) Para empezar ya tienes una experiencia diferente a la nuestra, que casi todos somos o hemos sido universitarios. Muchos trabajando, pero no es lo mismo trabajar con una beca en la uni, o en la edad después de la uni, que estar en bachiller y estar currando fuera intentando compaginar horarios, mucho más duro.

    Completamente de acuerdo con todo, pero sigo sin ver claro cuál es la clave que nos diferencia de nuestros padres, que no aceptaban el esfuerzo de sus familias para que siguieran estudiando y se ponían a trabajar para poder ayudar en casa. Sentían una responsabilidad que nosotros hoy en día, en general, no sentimos. Ni siquiera somos capaces de responsabilizarnos de nuestras propias acciones.

    Hay quien se escuda en que el futuro está tan negro que vivimos en el presente. Pues pobres de los que lo hagan, porque para ellos sí que va a estar negro el futuro, con la cuenta con 100 míseros euros después de 5 años currando… por vivir en el presente.

    Y pensar en lo que antes me gustaba esa frase… Carpe Diem…


  15. Todo lo que dices es cierto. Pero si los sueldos fuesen más competentes que no los de ahora podríamos mantener un nivel de vida mejor.
    Actualmente sube el precio del dinero y, como consequencia, las hipotecas. Los sueldos, ni se mueven.
    Imagina un pequeño cambio a final de mes. Ya podrias salir más con tu pareja a cenar si preocuparte si llegareis o no llegareis.
    Lo de los dos sueldos, si vivís juntos, funciona. Pero si soys dos personas solteras con casa independiente, no es tan fácil si tienes que pagarlo todo tu.

    Respecto al trabajo, hay que ser humilde y empezar desde 0. Sólamente así enontrarás la motivacion necesaria para progresar sin que el resto de las personas te vean como un novato.

    agur!


  16. En primer lugar, saludarte, Lady Pain, ya que hacía tiempo que no encontraba tu blog desde que lo cerraste sobre el otro servidor. Por supuesto, ya he enlazado este desde el mío. Encantado de volver a leerte 🙂

    Sobre el tema de la dificultad de la vida… Yo la verdad es que a veces me canso de escuchar la comparativa de que si nuestra vida es más dura o menos que la de nuestros padres, o la del universitario más o menos que la del que se ha puesto a currar a los 16, etc. No sé, yo creo que cada cosa tiene su dificultad. A nadie (o casi nadie) le regalan nada, y a lo mejor ese que presume de que tuvo que superar más dificultades, no sería capaz de hacer lo que otros, aparentemente más afortunados, han tenido que hacer. Es como cuando la gente se mete con los empresarios que han ganado millones y tienen varias mansiones. Sí, ahora viven muy bien, pero quizás no todos tendríamos la iniciativa y la energía de hacer lo que ellos hicieron montando su empresa desde el principio. Como este se pueden poner mil casos. Al final, todos hemos tenido que batallar, unos con exámenes, otros con un trabajo físico, otros negociando con clientes… y en este tema encuentro que se cumple aquello de «las comparaciones son odiosas».

    Un saludo.



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